SANTA CLAUDINA THÉVENET, 1774-1837

Una mujer de 'gran coraje'

Santa Claudina Thévenet, 1774-1837 Fundadora de las Religiosas de Jesús y María
Santa Claudina Thévenet, 1774-1837 Fundadora de las Religiosas de Jesús y María

Esta valiente mujer nació en Lyon, Francia, la segunda de siete hijos de un comerciante de sedas, cuyo apodo familiar era "Glady". En 1789, la Revolución Francesa trajo el caos a su vida y a su mundo. 

Lyon fue sitiada y muchos de sus ciudadanos, incluidos dos de los hermanos de Claudine, se unieron al movimiento de resistencia antirrevolucionario. Fueron capturados, encarcelados y sentenciados a muerte por un pelotón de fusilamiento en enero de 1794. Claudina los visitó valientemente en prisión y decidió caminar con ellos hasta los campos de exterminio, donde fue testigo de su brutal ejecución. En el camino a su muerte, los hermanos le entregaron una carta para la familia y dijeron sus últimas palabras: “Perdona, Glady, como nosotros perdonamos.Una parte de ella murió con ellos ese día, pero su mensaje la invitaba a una nueva vida y a una peregrinación de valentía, compasión y perdón.  

A partir de ese momento, Claudine dedicó su vida y sus recursos a aliviar los estragos morales y físicos dejados por la estela caótica de ese período. Llegó a tener una sola convicción: que La mayor desgracia es vivir y morir sin conocer a Dios.. En 1818, bajo la guía de su consejero espiritual, reunió a su alrededor amigos para ofrecer refugio y educación básica a las niñas pobres en situación de riesgo, a las que consideraba las “más débiles, las más vergonzosas, las más desposeídas” de las víctimas del Terror que había devastado Francia. El comienzo de su congregación religiosa “se basó en la nada”, como escribió más tarde su sobrino: comenzó en un apartamento pequeño, con un niño, un trabajador y pocos muebles.

Originalmente una piadosa asociación de mujeres laicas con base parroquial, con Claudina como presidenta, las hermanas de la nueva congregación religiosa comenzaron a ayudar a los huérfanos y a las hijas de tejedores de seda empobrecidos de la región de Lyon en escuelas de trabajo conocidas como "providencias". Posteriormente, dirigieron internados para niñas de familias más acomodadas. Sin embargo, siempre estuvo claro para todos que las preferencias de Claudine eran por los pobres y aquellos en mayor riesgo. Su confianza en la bondad de Dios le dio el valor para emprender obras que parecían temerarias.

Sus últimas palabras siguen siendo un legado para sus hermanas: “que bueno es dios“!

A la muerte de Claudina en 1837, su instituto parecía estar en decadencia: de los cinco establecimientos que había fundado, sólo quedaban tres, todos en un radio de treinta millas de Lyon. Sin embargo, su fe y confianza dieron frutos. En 1842, un pequeño grupo de hermanas partió hacia Agra, India. Hoy en día, hay más de 1.000 Religiosas de Jesús y María ministrando en 29 países, compartiendo la bondad y el amor perdonador que Claudina tanto deseaba ofrecer a los niños de su tiempo. 

Uno de los primeros documentos de la congregación elogia su "gran coraje". Ese coraje continúa inspirando a sus hermanas y asociadas hoy, en un mundo desgarrado por la violencia y la pobreza.

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