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CELEBRACIÓN DEL BICENTENARIO DE LA CONGREGACIÓN DE JESÚS Y MARÍA
6 DE OCTUBRETH 2017

Reflexiones de las lecturas de las Escrituras de hoy y la historia de JM

Hoy celebramos el bicentenario de nuestra querida congregación de Jesús y María. Nos reunimos, unidas con nuestras hermanas de todo el mundo, para regocijarnos, recordar, apreciar y seguir adelante, momento a momento, hacia lo que será. Sabiendo bien que, como leemos en Eclesiastés: “lo que es, ya fue, y lo que será, ahora es”, y EXISTIMOS desde, con, a través y hacia el UNO GRANDE (YO SOY).

Todos somos muy conscientes de quién, cuándo y dónde nuestra Madre Fundadora inició esta obra; sabemos que ella vivió en un tiempo y lugar que era muy parecido al tiempo y lugar en el que estamos ahora: como era entonces, nuestra Iglesia está luchando con ayuda y crítica; nuestro país está nervioso; aún así nuestro Hermano Jesús nos llama a seguir Su CAMINO como sus seguidores, a “VAN Y HAGAN LO MISMO”, como el buen samaritano, movido a compasión hacia los más pequeños y llevando su mensaje y ejemplo. VIVIR, CRECER, APRENDER, COMPARTIR y AMAR con todo el corazón: aunque muchas partes, somos UN CUERPO EN ESTE CRISTO, llamados a amarnos sinceramente y con afecto mutuo; ser compasivo, perdonador, con la ayuda de Dios, bondadoso, honesto y profundo.

Sobre nuestra Madre Fundadora, Santa Claudina, hemos leído, orado y llegado a conocerla mientras intentamos seguir sus huellas. Santa Claudina, o, como la llamaban cariñosamente sus queridos hermanos y hermanas, Glady, habiendo tenido una crianza amorosa en una familia bien establecida, prosperando en la industria de la seda; Después de haber recibido muchos años de educación, a Claudine le enseñaron el arte de ser una buena ama de casa y madre. Cuando regresó a casa de la Abadía de St. Pierre, formada y enseñada por hermanas benedictinas, era entonces una joven adolescente y pronto descubrió que su vida había cambiado. La histórica Revolución Francesa estaba en pleno apogeo. Su familia sufrió cuando su padre tuvo que abandonar la ciudad para confiar a los cuatro hijos menores al cuidado de su hermana. Lamentablemente no pudo regresar. Sus hermanos se alistaron y se vieron envueltos en el turbulento estado de frenesí en Lyon. Claudine intentó encontrar a sus hermanos cuando los arrestaron. Ella siguió a un grupo de prisioneros, sus hermanos estaban en fila, y los llevó a la ejecución. La vida de Claudine llegó a un momento de experiencia conmocionada, al presenciar a sus hermanos y otros jóvenes ejecutados, fusilados y arrojados a una zanja donde los soldados los golpearon y remataron con bayonetas. Francois había logrado entregar una carta a la compañera de Claudine: Tanto Louis como Francois habían escrito esta carta de despedida: en ella, Claudine leía: “Perdona, Glady, como nosotros perdonamos”. A partir de ese momento afrontó su vida como nueva pagina.

POR SUPUESTO, todos conocemos la historia. Pero, si realmente esperamos CONOCER a Santa Claudina, nos han dicho que podemos verla y encontrarla, aprender de ella, en sus descendientes RJM….!!??? ¡BIEN!

Aunque ciertamente hacemos lo mejor que podemos, a menudo no alcanzamos la meta de nuestra Santa Madre,…. aún así, SOMOS hijas de Claudina: nuestras oraciones, esfuerzos, esperanzas y sueños están, en cada uno de nuestros corazones, profundamente arraigados en el propio corazón de Cristo.

Nuestro libro de constituciones comienza con el mapa claro de quiénes y cómo somos hoy (como éramos en el principio y confiamos en que siempre seremos… hasta el final de nuestra historia): apostólicos, llamados a vivir el Misterio de Cristo, enviados desde al Padre, por el Espíritu, para anunciar la Buena Nueva de la Salvación.

AHORA, 200 años después del nacimiento de nuestra Congregación por parte de Claudina, llevamos en el corazón el don heredado de “EXPERIENCIA ÍNTIMA DE LA BONDAD ACTIVA DE DIOS” que llenó a Claudina de Un deseo: PARA COMUNICAR ESTE CONOCIMIENTO, y UNA angustia VER A OTROS QUE NO CONOCÍAN A DIOS.

Aunque nuestro libro de constituciones, elaborado por Claudina, y ordenado y reordenado a lo largo de los años, es nuestro libro de REGLAS…. ya que estoy compartiendo mi reflexiones con todos ustedes, admito que #11 ha captado los “berberechos de mi corazón” desde la primera vez que tuve el privilegio y el privilegio de leer este preciado libro.

¿Qué más desearía sino “VIVIR MI COMPROMISO DE VIVIR EN CRISTO EN UN ESPÍRITU DE ALABANZA, ALEGRÍA DEL CORAZÓN, LIBERTAD DE ESPÍRITU, CONFIANZA Y GENEROSIDAD.! Buscando a Dios en todas las cosas y todas las cosas en Dios!!!

He escuchado el musical “Los Miserables”, y siempre, Santa Claudina y nuestras primeras hermanas Jesús y María, ayudando a los “niños miserables de la calle” y a aquellos que tanto necesitaban amor y curación de las heridas de la guerra…. ¿Puedo compartir la última canción del epílogo?

 

ESCUCHAS A LA GENTE CANTAR

De LOS MISERABLES

“Amar a otra persona es ver el rostro de Dios”

¿Oyes cantar a la gente perdida en el valle de la noche? ¡Es la música de un pueblo que está ascendiendo hacia la Luz!

Para los condenados de la tierra hay una llama que nunca se apaga. Incluso la noche más oscura terminará y saldrá el sol.

¡Volverán a vivir en libertad en el huerto del Señor, caminarán, detrás del arado/reja, guardarán la espada! ¡La cadena se romperá y todos tendrán su recompensa!

¿Te unirás a nuestra cruzada? ¿Quién será fuerte y estará conmigo? ¿En algún lugar más allá de la barricada hay un mundo que anhelas ver?

¿Escuchas a la gente cantar? Dime, ¿escuchas el tambor lejano? ¡Es el futuro lo que traerán cuando llegue el mañana!

¡CUANDO LLEGUE EL MAÑANA!

 

 

 

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