En 1874, el padre Bedard, un joven sacerdote de Montreal, fundó una parroquia dedicada a Notre Dame de Lourdes en Fall River, MA. Diez años después, la parroquia contaba con más de mil familias canadienses. La Madre San Cirilo, Provincial de Canadá, siguió con profundo interés el desarrollo de este trabajo. Vio la necesidad y se dio cuenta de que se necesitaban escuelas bilingües donde se pudiera enseñar religión. Viajó a Fall River para explorar esta posibilidad y se dio cuenta de que éste era un vasto campo de apostolado para las hermanas.
En agosto de 1877, tres religiosos llegaron a Fall River, MA. Posteriormente, siete hermanas más se unieron a la comunidad e inmediatamente se inició la construcción de un convento.
En septiembre las clases se llevaron a cabo en el sótano de la iglesia. Se matriculó un gran número de alumnos: 200 estudiantes diurnos; 84 trabajadores en los cursos nocturnos; y 36 estudiantes de música.
El convento original rápidamente se llenó demasiado. En mayo de 1887, las Religiosas de Jesús y María decidieron construir una nueva escuela que pudiera dar cabida a la creciente matrícula. Cuando se completó la Academia Jesús María, fue anunciada como uno de los edificios más bellos de la ciudad. La Academia también se ganó la reputación de brindar una educación sobresaliente.
Las hermanas también se hicieron cargo de la gran escuela parroquial que prosperó y pronto contó con 1.400 niños y niñas.